05 septiembre 2012

¿Quién eres en verdad?

Texto: Juan 8:31-47

Tema: Identidad del ser humano

Título: ¿Quién eres en verdad?

I.- INTRODUCCIÓN

En su ministerio, mientras estuvo en la tierra, Jesús tuvo diferentes encuentros con los judíos; Él enfrentó su religiosidad, los cuestionó acerca de la identidad de ellos, les cuestionó la espiritualidad, los confrontó una vez tras otra.

Una de esas ocasiones la encontramos en Juan 8:31-47 en la que Cristo cuestiona la identidad real de los judíos, quiénes se creían y quiénes eran en realidad. Esa confrontación nos sirve para que saquemos la enseñanza que para nosotros puede tener, su aplicación a la vida de cada uno de los que se encuentran en este culto.

Es interesante que el versículo 31 dice que esos judíos habían creído en Él, pero sin embargo a pesar de ello son confrontados por el Señor, cuestionados acerca de quienes decían ser y sobre quienes eran en realidad.

II.- DESARROLLO

1.- ¿Discípulo o religioso? (v. 31) Jesús les dice que para ser verdaderamente sus discípulos, sus alumnos o hermanos, ellos debían permanecer, morar o quedar en su palabra. Un discípulo es alguien que aprende de Cristo de manera continúa hasta tener un carácter como el de Él. Sólo su Santa Palabra tiene tal poder de cambio en la vida de una persona.

2.- ¿Esclavo o libre? (vs. 32-38) Permanecer en la palabra de Cristo da como fruto la libertad espiritual. Los judíos apelaron al nacionalismo, a su origen como nación, a ser de la descendencia de Abraham; pero también mintieron al decir que nunca habían sido esclavos de nadie.

Jesús les está hablando de la esclavitud individual, la esclavitud al y del pecado (v. 34). Pedro dice que uno es esclavo de aquel que le vence (2Pd. 2:19).

Jesucristo les dice que no apelen a su linaje o a que son descendientes de Abraham, ellos eran esclavos del pecado y por lo tanto no eran salvos (v. 35); sólo es libre la persona a la que Cristo hace libre, eso no se hereda, no se obtiene porque lo diga la constitución del país o por deseo humano alguno (Jn. 1:13).

Aunque descendientes de Abraham, querían matar a Jesús quien hablaba Palabra de Dios, porque no podían aceptar esa palabra (v. 37).

3.- ¿De Dios o del Diablo? (vs. 38-47) Jesús los enfrenta ahora con su paternidad espiritual (vs. 38-41a). Es interesante notar que ellos por dos ocasiones apelaron a Abraham como padre, no a Dios. Eso muestra su religiosidad y pecaminosidad, le dieron gloria a Abraham y no a Dios.

Cristo les aclara que Él hablaba lo que era de Dios (v. 38), ellos hacían lo que era de su padre espiritual (v. 41ª). Los enfrenta con la realidad de que ni siquiera de Abraham eran hijos, porque su comportamiento era totalmente contrario al que Abraham habría tenido, no habría procurado matar al que le hablaba la verdad de parte de Dios (vs. 39, 40).

Ahora apelan a la paternidad de Dios cuando Cristo les dice que no actuaban como Abraham, no eran hijos de fornicación. El Señor vuelve a enfrentarlos con la realidad de que tampoco eran hijos de Dios, aunque fueran parte de la nación escogida por Dios.

Cristo les dice dos condiciones que debe tener alguien que es hijo de Dios (vs. 42, 43): a) Ama a Jesús mucho, lo muestra con los hechos (agapao), b) Entiende y reconoce el lenguaje, la palabra de Cristo, la Palabra de Dios (v. 47).

Jesús les dice claramente que son hijos del diablo y que ellos querían hacer los deseos de su padre (v.44). Tres cualidades del diablo: a) Homicida, b) No permanece en la verdad, c) Es mentiroso. Eso es lo que le gusta a los hijos del Diablo, aunque sean linaje de Abraham o digan ser hijos de Dios.

Por eso los judíos no creían lo que Jesús les predicaba, porque eran hijos del Diablo (v. 45). Si no hay pecado en Él, entonces lo que dice es la verdad y se le debe creer; todo el que menosprecia las palabra de Cristo le está diciendo mentiroso (v. 46).

III.- CONCLUSIÓN

Hemos visto que existen los discípulos y los religiosos, los libres y los esclavos, los hijos de Dios y los hijos del Diablo. Es bueno que medites a cuál de ellos perteneces. No apeles a que naciste en esta iglesia, a que eres bautista, a que tú hiciste profesión de fe, etc.

Lo que eres y de quien eres lo muestras con tus actitudes, tus deseos y tu relación con la Palabra de Dios.

IV.- APLICACIÓN

1.- ¿Eres discípulo (a) de Cristo, aprendes de Él o sigues tu propio camino?

2.- ¿Eres libre en Cristo o aun eres esclavo (a) del pecado? ¿Tienes pecado favorito o que te gusta tanto que no quieres dejarlo?

3.- ¿Realmente eres hijo o hija de Dios? ¿Permaneces en la verdad o te gusta la mentira?

José Amado Silvestre Marte

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