Texto: Juan 3:1-18
Tema: Una vida de religiosidad no puede salvar al
pecador y darle vida eterna.
I.- INTRODUCCIÓN
La sección 3:1–21 del Evangelio de
Juan es una ilustración del profundo discernimiento que tiene Cristo de los
secretos del alma humana; ya se ha hecho referencia a tal discernimiento en
2:24, 25.
Una noche, mientras que
desarrollaba su obra en Jerusalén, el Señor recibió una visita. Sabemos el
nombre de aquel visitante, así como su afiliación religiosa y su posición. Su
situación económica parece hallarse implicada en 19:39 con los caros elementos
que trajo para ungir el cuerpo de Jesús. Algunos comentaristas creen que en 3:4
se dice algo acerca de su edad, pero posiblemente esto no es más que un ejemplo
de querer sacar demasiado de un versículo.
Su nombre era Nicodemo (que
significa: vencedor del pueblo). Es un nombre griego, pero esto no quiere decir
que el hombre fuera griego. Se debe tener en cuenta que, a partir de la época
de los reyes macabeos que sucedieron a Simón, se puede esperar una mezcla de
nombres propios griegos con hebreos.
II.- DESARROLLO
1.- Características de Nicodemo:
a.- Fariseo: (3:1) Aceptaban la llamada “ley oral”, en adición a la
Torá, como fundamento de su fe. Creían en la resurrección, y en que Dios daba
recompensas en esta vida y en la posterior. Aceptaban la predestinación como
compatible con el libre albedrío del hombre y hacían esfuerzos por adaptar a
los tiempos recientes las viejas ordenanzas, haciendo para ello sus propias
interpretaciones de la ley. Su meta en la vida era conseguir la santidad por
medio de una estricta observancia de la ley. En general, representaban las
creencias de la mayoría del pueblo, que les tenía gran respeto y cuya vida
religiosa casi controlaban.
Los fariseos
se consideraban “los separados”, especialmente con el sentido de “los que se
apartan para no contaminarse”. Los fariseos creían en un Dios
omnipotente, omnipresente, todo justicia y misericordia, que amaba sus
criaturas y exigía que los hombres anduvieran en sus caminos. Dios no podía ser
concebido en forma antropomórfica. Cuando tenían que mencionarlo, preferían
usar los términos el Creador del mundo o la Divina Presencia (Shekkinah).
Los fariseos
llegaron a añadir mandamientos a la Palabra de Dios, de tal manera que se hacía
imposible obedecerlos todos y se creían superiores a los demás. Vivían apegados al aspecto externo de la
religión y no en un cambio de corazón, interno.
Algunas
de sus creencias: 1.- ¿Está bien mirarse en un espejo en sábado? No,
porque si veías un cabello gris, podías estar tentado a sacártelo, y eso sería
cosechar, lo que implicaba violar el sábado. 2.- ¿Está bien escupir en sábado?
Puedes escupir sobre una roca, pero no sobre el suelo, porque eso sería hacer
barro (que solía usarse en las construcciones).
b.- Principal entre los judíos: (3:1) Se puede
traducir magistrado, doctor, gobernante. Posiblemente fuera miembro del grupo
de ancianos conocido como Sanedrín, representante de la religión judía ortodoxa
que, como grupo, se opuso tenazmente a Jesús durante todo su ministerio,
jugando un papel decisivo en su crucifixión. Posiblemente se sentaba a la
puerta de la ciudad a juzgar y ayudar en la solución de problemas del pueblo.
c.- Admiraba a Jesús: (3:2) Le llamó Rabí, maestro.
Alabó las obras de Jesús. Aquí aparece un hombre que había visto las señales y
está dispuesto a hacer preguntas. Nicodemo estaba convencido de que Jesús debía
tener una relación muy estrecha con Dios para ser capaz de realizar aquellas
señales. Sin embargo, es claro que el criterio de Nicodemo sobre Jesús no iba
más allá de ver a un maestro con el sello de Dios sobre él. Por lo menos,
aquello era un principio, pero muy lejos de una real comprensión de quién es
Jesús.
d.- El maestro de Israel: (3:10) Tenía conocimiento
de la Palabra de Dios como para ser reconocido como maestro. Posiblemente
Nicodemo era también escriba: es decir que su profesión era estudiar,
interpretar y enseñar la ley. Tanto Israel como maestro van precedidos del
artículo definido, de forma que esta exclamación se podría parafrasear del
siguiente modo: ¿Y tú, el tan conocido e importante maestro del muy
favorecido pueblo de Israel...?
2.- La necesidad de Nicodemo:
a.- Necesitaba nacer de nuevo, nacer de arriba: (3:3-9)
Debía ser engendrado por el Espíritu Santo. En 3:6 se insiste mucho en el hecho
de que el nacimiento físico no da a nadie prerrogativas en la esfera de la
salvación. Por esta misma razón Jesús prosigue: Lo que es nacido de la carne,
carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Este versículo se
podría parafrasear del siguiente modo: La naturaleza humana pecadora produce
naturaleza humana pecadora.
Cuando
Jesús dice: “Os es necesario nacer de nuevo”, no significa, “Haced todo lo
posible para nacer de nuevo”. Por el contrario, lo que quiere decir es: “Algo
tiene que sucederos: el Espíritu Santo debe poner en vuestro corazón la vida de
lo alto”. La expresión puede leerse: Es necesario que seas parido de arriba.
Y Nicodemo debía haber tenido un conocimiento lo suficientemente profundo de su
propia incapacidad y corrupción para comprender esto inmediatamente.
Tanto
Israel como maestro, en el versículo 10 van precedidos del artículo definido,
de forma que esta exclamación se podría parafrasear del siguiente modo: ¿Y
tú, el tan conocido e importante maestro del muy favorecido pueblo de Israel,
quieres realmente decir que tú eres ignorante en cuanto a estos asuntos?
Nicodemo disponía del Antiguo Testamento, de las enseñanzas del Bautista, y de
las palabras de Jesús dadas en 3:3–8; pero hasta ahora la verdad no parece
haber penetrado en su mente.
Nicodemo debía recibir el
testimonio que Jesús le estaba dando, puesto que el único que procedía de
arriba, de Dios, del cielo, es Jesús. Cualquier otro habla suposiciones e
imaginaciones (3:10-13).
b.- Necesitaba mirar a Jesús y creer en Él: (3:14-18)
Aquí Jesús usa la historia de Israel para ilustrar una verdad espiritual
referente a Él (Números 21:4-9). En Juan 3:14 las palabras “… como Moisés …
así es necesario que el Hijo del Hombre”, indican claramente que el
acontecimiento narrado en Números 21 es un tipo del levantamiento del Hijo del
Hombre, su crucifixión. La serpiente aquí mencionada apuntaba a Jesús, fue una
ilustración visual de lo que sucedería con el salvador.
Quizás Dios
escogió la serpiente porque era el símbolo de poder de Egipto, sus bastones,
báculos y coronas tenían la figura y forma de una Cobra. También podía ser una
referencia a Satanás la serpiente antigua. Dios le dice a Israel: ¿Ustedes
quieren volver a la serpiente, al mundo y a Satanás? pues esas serpientes los
matarán. Eso es lo que hace el pecado, el mundo y Satanás.
Note que el mirar a la serpiente
era curativo, no preventivo. El mirar a la serpiente surtía efecto cuando el
veneno estaba dentro de la persona. Cristo también vino a causa del pecado que
está en cada uno de nosotros, en cada ser humano. Cristo es la cura del pecado
que aqueja a la humanidad.
El pecador debe mirar a Cristo,
creer en Él, en su persona, su obra, su sacrificio y su necesidad de Él como el
único que puede darle vida eterna, salvación del pecado y la serpiente que es
el mundo y Satanás.
Es necesario que la persona nazca
de nuevo, que sea engendrada por la obra del Espíritu Santo en su vida, un
nacimiento del cielo.
III.- CONCLUSIÓN
Al igual
que con Nicodemo, el grupo religioso al que perteneces no te puede salvar, tu
posición social, tu admiración por y hacia Jesús y tu conocimiento bíblico no
pueden darte vida eterna.
Es
necesario que vuelvas a nacer de arriba, que el Espíritu Santo obre en ti el
nacimiento del cielo. Debes mirar a Jesús con fe salvadora, no sólo admirarlo
como un simple mortal iluminado. Debes creer en Jesús, su persona, su obra en
la cruz y que es el único medio para salvación y vida eterna. Todo lo otro es
inútil e ineficaz.
Predicador: José Amado Silvestre Marte
Fecha: Culto dominical nocturno, 01 de diciembre de
2019
Nota: Muchos datos son tomados de predicaciones
escuchadas y leídas. Además de comentarios leídos.