26 marzo 2012

Estudio de la Epístola a los Efesios 1:15-23

Tema: El conocimiento de Dios

Título: Dios alumbra tu entendimiento

I.- INTRODUCCIÓN

La vez anterior vimos todas las bendiciones que tenemos en Cristo Jesús por la voluntad del Padre. Hoy vamos a ver el testimonio de los efesios, la actitud de Pablo frente a los efesios y el contenido de las oraciones de Pablo a favor de los efesios.

Debemos sacar toda la enseñanza que encontramos en este libro, porque ellas nos sirven para vivir de acuerdo a la voluntad eterna de Dios en medio del siglo XXI.

II.- DESARROLLO

1.- El testimonio de los efesios (1:15): a) Convicciones y confianza en Cristo; b) Amor y afecto para con todos los santos (cualquiera).

Es bueno notar que esto era notorio a los demás, de tal manera que hablaban de ello, era manifiesto. Por ello se conoce a los verdaderos discípulos de Cristo (Juan 13:35).

2.- La actitud de Pablo (1:16): a) Daba gracias por los efesios sin cesar (1Tes. 5:17; Efes. 6:18); b) Los recordaba en sus oraciones.

3.- Las peticiones del apóstol (1:17-23)

a) Que el Padre que merece toda honra les dé espíritu de sabiduría y de revelación (17). La idea es que Dios les dé una mente sabia y se les revele de tal manera que le conozcan a Él y a todas las doctrinas bíblicas. No un simple conocimiento intelectual, sino un conocimiento de Dios como persona.

El prejuicio y la rebeldía ciegan los ojos (Mat. 13:11-16; 2 Cor. 4:4). La falta de entendimiento queda en uno mismo; nadie puede inculpar a Dios. Pablo quiere que el entendimiento sea completo y correcto. Si el hombre se instruye inco­rrectamente, de nada le sirve el celo.

b) Que el Padre les ilumine las mentes para que comprendan: 1) La esperanza a que nos ha llamado; 2) Cuan rica (abundante) y gloriosa es la herencia (posesión) en sus santos (18). Los cristianos deben ser sabios a la hora de identificar cuáles son las expectativas que Dios tiene para con sus santos, pero también la abundante herencia de que ya gozan los cristianos. Un  gran equívoco de muchos es que piensan tener esperanza del hogar celestial sin vestirse de Cristo en su vida diaria.

c) Que el Padre les de conocimiento de la superabundante magnitud (megas) de su poder que opera en los que creen (19). Los cristianos piensan en el poder de Dios sólo en lo relativo a proveer salud física, posesiones materiales y cosas terrenales. Pero el poder de Dios va más allá que esas cosas pasajeras:

1.- Poder que resucitó a Cristo y le sentó a su derecha en los cielos (20). La derecha habla de autoridad y puesto de honor. ¿Qué poder terrenal podría dar vida a aquel cuerpo que se hirió mor­talmente? ¿Quién o qué podría causar que aquel corazón que fue traspasado por la lanza romana palpitara otra vez? Sola­mente el poder de Dios.

2.- Poder que lo ha colocado como autoridad soberana eternamente (21). Cristo está por encima de todo gobernante, magistrado, demonio y dominio humano o angélico. Cristo está por encima de todo nombre y de todo lo que un nombre implica, de autoridad, carácter, rango, majestad, poder, excelencia, etc., de todo lo que el nombre cubre. Note que abarca todos los tiempos, entendiendo Dios que muchos querrían tomar para sí mismos la autoridad que sólo es de Jesucristo. ¡Qué lástima y tragedia que tantos hombres quisieran eclipsar para sí mismos este dominio de Cristo con el supuesto señorío de sus líderes religiosos!

3.- Poder que todo lo ha sometido bajo sus pies (22ª). En la antigüedad el con­quistador ponía su pie sobre el cuello del conquistado para indicar su completa su­jeción (Josué 10:23,24). Todo lo ha subordinado bajo la autoridad de Cristo, todo es de un rango inferior a Cristo. Es un término primariamente militar que implica estar bajo las órdenes de alguien.

4.- Poder que lo puso como cabeza soberana de la iglesia (22b). Dios lo constituyó como autoridad y gobernante sobre toda la iglesia, cada aspecto de ella. La iglesia es el cuerpo gobernado y controlado por la cabeza (23ª). Pero muchos, "no asiéndose de la Cabeza" (Col. 2:19), se desvían de la fe". La iglesia está llena, plena y satisfecha en Aquel que todo lo llena, en Cristo.

III.- CONCLUSIÓN

- Recapitular

IV.- APLICACIÓN

a) Qué bueno sería que tu fe en el Señor Jesús y tu amor para con todos los santos sean conocidos por todos y den buen testimonio de ti.

b) Espero que cada día crezcas en el conocimiento de Dios; pídele espíritu de sabiduría y revelación de Él y su verdad.

c) Debes saber ya cuál es la esperanza de Dios y cuál la herencia abundante que tiene para ti.

d) ¿Tienes conocimiento del poder de Dios que funciona en ti y que te capacita para vivir como a Él le agrada? Espero que sí.

Predicador: José Amado Silvestre M.

18 de marzo de 2012

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