22 agosto 2019

Andemos como Cristo anduvo


Texto: 1 Juan 1:1-2:6
Tema: El cristiano debe andar como anduvo Cristo


I.- INTRODUCCIÓN
         El apóstol Juan fue usado con Dios para mostrar que todo lo que Él hace tiene un propósito. En el evangelio Juan habla de las señales que Cristo hizo y en cada una nos muestra que hubo un propósito específico: Que te conozcan a ti, Que crean que Jesús es el Cristo, glorificar al padre y en ocasiones motivar una respuesta de los judíos para iniciar una enseñanza.
         En la porción que nos ocupa hoy, el apóstol Juan nos dice que escribió lo que había visto y oído con cuatro propósitos principales. Escribió, no lo que Juan se inventó, si no lo que escuchó y vio de Jesús y recibió del Padre. Pero que ello debe ser el producto de un andar conforme a la voluntad de Dios.

II.- DESARROLLO
1.- Cuatro propósitos al escribir: (1:3,4; 2:1,6)
         a.- Para que tengamos comunión uno con otro basada en la comunión que ya tenemos con el Padre y el Hijo (1:3) Es imposible que haya comunión entre nosotros si previo a ello no hay una comunión con Dios. Sólo un cristiano puede tener comunión con otro cristiano. No importa que estés en el mismo culto, cantes los mismos himnos, digas Amén a las mismas oraciones, ofrendes y hagas todo lo que hace un cristiano. Tenemos una unidad en común porque tenemos el mismo Espíritu habitando en nosotros, solo un cristiano tiene comunión con otro cristiano.
         b.- El deseo de Dios de que Juan escribiera es también para que nuestro gozo sea completo y perfecto (1:4). El cristiano no debe aspirar a ser feliz únicamente, debe aspirar a tener el gozo del Señor, un deleite que no depende de las circunstancias si no de la comunión con Dios y de que Él sea nuestro deleite.
         c.- Otro propósito de este escrito es que no pequemos, que no vivamos de tal manera que perdamos el premio de parte de Dios (2:1). Pero también, que si ya hemos pecado, entendamos que el verdadero cristiano tiene a Jesucristo el Justo quien intercede por él ante el padre.
            Él es la propiciaciación por nuestros pecados, por medio del sacrificio expiatorio de su muerte, es el medio personal por el cual Dios muestra misericordia al pecador que cree en Cristo como aquel que ha sido dado como tal provisión.
         d.- El otro propósito de esta porción es que entendamos que todo el que dice que es cristiano, que realmente está perseverando y que su ocupación es Cristo, debe andar como Cristo anduvo (2:6).

         Encerrados entre estos propósitos hay unas enseñanzas que nos dan la pista y nos indican si alguien tiene comunión con Dios y los cristianos, si alguien realmente tiene gozo, si no está practicando el pecado y que está andando como Cristo anduvo.

2.- Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en Él: (1:5) Dios no solo habita en luz, su naturaleza es luz. Moralmente hablando es santo, no hay confusión en Él, es la verdad viviente.
         De ello se deriva entonces que todo el que dice que tiene comunión con Él, pero vive en tinieblas y oscuridad moral y espiritual es un mentiroso, no practica la verdad, no se ejercita en ella (1:6).
         ¿Cuál es una demostración real de que conocemos a Dios? ¿Las emociones, nuestro trabajo en la iglesia, que lo sentimos así, que alguien de la iglesia nos lo ha dicho? La demostración de que conocemos a Dios y andamos en luz es una vida de obediencia a Él y estar sometidos a su autoridad (2:3).
         Toda persona que vive en desobediencia a Dios, a sus mandamientos y preceptos es un mentiroso, no le conoce y la tal persona vive todavía en tinieblas, está mintiendo (2:4).
         Por otro lado, el que anda en la luz, de igual manera que Dios habita y es la luz, tiene comunión con los cristianos y la sangre de Cristo es efectiva para su limpieza espiritual del pecado (1:7).
         No solo es verdad lo anterior, también el que vive en obediencia a Dios demuestra que el amor de Dios está en él, el amor de Dios se ha perfeccionado en tal persona, es un hecho que lo ha recibido y que lo puede dar a otros (2:5).

         Dios nos dice que no debemos andar, vivir y practicar lo que pertenece a las tinieblas, que no debemos vivir sumergidos en el pecado, pero Él sabe que aún podemos pecar y ha hecho provisión para ello. Una cosa es pecar y otra practicar el pecado.

3.- No neguemos nuestro pecado, confesemos el pecado: (1:8-10)
         Si te rebelas cuando pecas, y tratas de negar la realidad, te engañas y es una demostración de que la verdad no habita en ti, de que estás en tinieblas (1:8,10).
         El verdadero cristiano puede aún pecar pero el Espíritu Santo le hace sentirse molesto por el pecado, confesarlo y abandonarlo (1:9). Confesar conlleva reconocer que se ha pecado, asentir con Dios que se ha pecado, se ha sido desobediente a la verdad. Confesar es llamar al pecado como Dios lo llama, no disculparlo, disimularlo o minimizarlo.

III.- CONCLUSIÓN
-Un breve repaso.
-Un llamado a examinarse cada uno a sí mismo a la luz de la Palabra de Dios y de frente a la naturaleza de Dios.
-Un llamado a humillarnos reconociendo nuestros pecados y a acudir a Dios confiando en su corazón perdonador y a nuestro intercesor el Señor Jesús.
-Un llamado a andar como Cristo anduvo, una vida conforme al carácter de Cristo.

Predicador: José Amado Silvestre Marte

El mandato misionero de Jesús

Texto: Mateo 28:16-20 Tema: La gran comisión de Jesús a los once I.- INTRODUCCIÓN El texto que estudiaremos en esta ocasió...