Texto: Mateo 20:1-16;
20-28
Tema: Entendiendo el
reino de Dios
I.- INTRODUCCIÓN
Aquí tenemos una parábola y una
historia. Siempre debemos recordar que las parábolas son ilustraciones,
ventanas para enseñar una verdad y que tienen una sola interpretación, no
debemos basar en ellas doctrinas fundamentales, pueden tener más de una
aplicación y debemos ser cuidadosos al predicar de ellas, no ser ligeros.
II.- DESARROLLO
Lo primero que encontramos en esta
porción es la parábola del Dueño de la viña y los obreros. Vamos a entrar en
ella:
v. 1.- Entra en escena
el primer personaje, un cabeza de familia, un padre propietario de una viña.
Noten que él sale a contratar obreros para su viña, ellos no van a donde él. En
tiempos bíblicos, durante la época de la cosecha los dueños de tierras
cultivadas solían contratar mano de obra extra para poder recoger los frutos a
su tiempo. Se contrataban por día y se les pagaba al final del día. Los hombres
que buscaban este tipo de trabajo diario se reunían en las plazas de los
pueblos, y allí iban a buscarlos los granjeros. Los obreros que esperan
ser contratados eran campesinos que habían perdido sus tierras debido a sus
deudas y que dependían totalmente de este tipo de trabajo diario para poder
alimentar a sus familias. Eso sucede en muchos países todavía, personas se
reúnen en una esquina y van hasta allí otras a buscar obreros, los contratan y
se los llevan y luego los regresan a la ciudad.
Vs. 2-7:
Contratando los obreros. Ya aquí entran en escena los otros actores, los
obreros.
V.
2.- Note que los primeros no se dice a qué hora los contrataron. El acuerdo
o convenio fue un denario que era el salario de un día de trabajo.
V.
3,4.- La hora tercera es la 9:00 de la mañana. Estos hombres estaban
ociosos, inútiles. A estos no se les dice cuánto se les dará, dice lo que sea
justo, correcto, equitativo.
V.
5.- La hora sexta es la 12:00 del mediodía y la hora novena las 3:00 de la
tarde. Aquí no se dice qué hablaron ni cuánto se les pagaría.
Vs.
6,7.- La hora undécima es la 5:00 de la tarde. Estos habían estado todo el
día sin trabajar, ociosos, inútiles. Pero ellos dicen que nadie los fue a
contratar, no fueron a buscarlos. El dueño de la viña los contrata casi al
acabar el día y les dice que les pagará lo que sea justo, no se dice cuánto.
V.
8.- Llega la hora del pago, el amo y dueño llama a su administrador para
que le pague a los obreros (Lev. 19:13; Deut. 24:14,15), pero es bueno notar
que lo hace en orden inverso, no inició por los primeros que debían estar bien
cansados. Pienso que fue a propósito para crear expectativas en los demás.
Tampoco se dice cuántos obreros eran.
V.
9.- Los que trabajaron la última
hora recibieron un denario, el pago por un día completo de trabajo. Me imagino
el asombro de todos al ver tal cosa y la alegría de estos obreros. El dueño de
la viña les dijo que les daría lo que fuera justo, Él como dueño consideró que
eso era lo justo. Si les pagaba sólo por la hora trabajada sus familias no
comerían lo necesario, no suplirían sus necesidades.
V.
10.-
Los primeros obreros en ser contratados pensaron que iban a recibir más de un
denario, porque habían trabajado todo el día. Pero se les dio también un
denario. Eso fue lo acordado con ellos y lo que ellos aceptaron, fueron los
únicos con los que se hizo un acuerdo o convenio.
Vs.
11,12.- Estos obreros inician a murmurar, rezongar y gruñir contra el
cabeza de familia, contra el dueño de la viña, porque consideraban que había
sido injusto. Esa es la lógica humana, hacer un acuerdo y luego quejarse cuando
se cumple. Se actúa por circunstancias, emociones, sentimientos y viendo las
cosas desde la óptica equivocada. Un denario era el pago legal de un día de
trabajo, eso acordaron y eso recibieron.
Vs.
13-15.-
El dueño de la viña contesta a uno de ellos y hasta le dice amigo, compañero.
El dueño de la viña le dice que no ha sido injusto con él, que no lo ha
agraviado, que no lo ha maltratado. Simplemente ha cumplido el acuerdo que
hicieron y lo pone a que él mismo medite en ello.
El señor de la viña le dice que
recoja lo que es suyo y que se retire. Que él voluntaria y gustosamente va a
darle al último igual que al primero. La
retribución no está basada en su mérito personal sino en la generosidad
del propietario, quien tiene la libertad de darle a cada uno lo que él cree se
merecen.
El dueño le pregunta si no le es
permitido y legal hacer lo que desee con lo de él, con su dinero. Y aún lo
lleva más profundo: si se sentía envidioso porque el señor era bueno. En el
original la pregunta inicia ¿Es tu ojo
malo…?
Al final el dueño de la viña dice
que hay primeros que serán postreros y postreros que serán primeros. Muchos que
iniciaron serán los últimos y muchos que llegaron de último serán tomados en
cuenta primero.
La otra afirmación es que no todos
los que son llamados al final son escogidos. Muchos contratados cuando llegan
al campo de trabajo se nota que no podrán con la tarea y son devueltos. El ser llamada
no garantiza a la persona que será escogida.
Todo
esto tiene una aplicación:
Esta parábola ilustra la Gracia y
Soberanía de Dios, pues Él llama a su viña a quien quiere, en el tiempo que
quiere y como quiere, y está disponible hoy en este tiempo.
La Escritura dice “¡Oh profundidad de las
riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus
juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del
Señor? ¿O quién fue su consejero? (Romanos 8:34-35)”, también dice “Porque mis
pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos,
dijo Jehová (Isaías 55:8)", “Porque por gracia sois salvos por medio de la
fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se
gloríe (Efesios 2:8-9)”.
Vemos como Dios llama a los desocupados,
este término se refiere a cuando estamos en el mundo, viviendo solo para
nosotros mismos, ocupados y afanados en los placeres, distracciones y
entretenimientos de esta vida.
Vemos en la historia de la parábola que
unos obreros son llamados bien temprano, otros a las nueve de la mañana, otros
al medio día, otros a las tres de la tarde, y por último unos a las cinco de la
tarde, faltando una hora para terminar el día, esto se refiere a los diferentes
tiempos a que son llamadas las personas para servirle al Señor.
Las primeras contentas y entusiasmadas,
porque estaban contratadas por un denario que iba a ser pagado al final de la
jornada. Ellos estaban pendientes de la paga, más no pensaban en trabajar
contentos y con entusiasmo para que el dueño de la viña les dijera después que
pueden seguir trabajando conmigo.
En muchos casos podemos comportarnos como
cristianos que tienen el ojo lleno de envidia, ya que cuando Dios nos llama a
su servicio, unos son llamamos a predicar el evangelio en el ministerio
pastoral de tiempo completo, otros en su trabajo secular, otros a las misiones
en otros países, otros plantando iglesias, otros enseñando la palabra, otros
ayudando económicamente para el ministerio y los necesitados, es decir, cada
uno tiene un rol en esta tierra.
Todos servimos al mismo Señor Jesucristo,
pero en este proceso algunas personas pueden ser instrumentos de Dios más
rápido que otras, conforme al propósito al que fue llamado cada uno por Dios, y
es ahí donde debemos pensar que todos le trabajamos al mismo Señor, no
por una buena paga, o porque si trabajamos más tendremos un lugar de honor en
el reino.
Esta es una buena enseñanza y enorme del
evangelio, Dios nos salva por su gracia, pues estábamos desocupados en el
mundo, sumergidos en nuestros delitos y pecados y nos llama a trabajar en su
viña con el entusiasmo y la alegría para con el Señor, pues el Señor de la viña
fue muy bondadoso en darles trabajo y pagarle acorde como Él quería.
Es importante recalcar que a medida que
pasa el tiempo podemos llegar a pensar que llevamos muchos años siendo
cristianos y nos merecemos mucho más que los recién convertidos que no saben
mucho de doctrina y no le han dedicado tiempo en la iglesia.
No dejes que tu ojo sea malo, porque si no
todo tu cuerpo es malo, en la Escritura dice “La lámpara del cuerpo es el ojo;
así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo
es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti
hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? Mateo 6:23-24)”. Por
esa razón, es que al final de la parábola dice “Así, los primeros serán
postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos
escogidos”.
Predicador: José Amado
Silvestre Marte