MATRIMONIO
(Etimología): Proviene de la voz latina matrimonium y se forma con
el vocablo mater, que quiere decir madre, y monium, que hace
referencia a un acto formal o ritual. En su origen esta palabra designaba el
reconocimiento social de una mujer casada, ya que a través del matrimonio la
mujer adquiría el estatus oficial para ser la madre de los descendientes
de un hombre. Por lo tanto, no existe el matrimonio homosexual ni lésbico, lo
que implica un mal uso de la palabra, se requiere que uno tenga útero y sea la
madre de los hijos de un hombre. Entre los homosexuales falta el útero y entre
las lesbianas el padre, no pueden ser tomados prestados.
Sin
embargo, en la civilización romana el vínculo legítimo de una pareja se conocía
como connubium y no como matrimonio.
El
enlace matrimonial presenta múltiples rituales y tratamientos. Asimismo, puede
entenderse desde una perspectiva religiosa o civil. Sin embargo, en la
mayoría de tradiciones culturales del pasado y del presente el matrimonio tiene
una serie de pautas comunes: la unión entre un hombre y una mujer, la duración
en el tiempo, el proyecto de fecundidad, la transmisión de valores y el
apoyo mutuo.
Se
opina mucho sobre el matrimonio, algunos de forma pesimista:
·
“Cuando un hombre le abre la puerta del
coche a su esposa, usted puede estar seguro de una cosa: o el coche es nuevo, o
la esposa es nueva”, Anónimo
·
“Unos se casan por la iglesia, otros por
idiotas”, Woody Allen
·
“El matrimonio es la principal causa de
divorcio”, Groucho Marx
Otros
ofrecen una visión más optimista del asunto, y mucho más bondadosa:
·
“Un matrimonio feliz es una larga
conversación que siempre parece demasiado corta”, André Maurois
·
“Un matrimonio exitoso requiere enamorarse
muchas veces, siempre de la misma persona”, Mignon McLaughlin
·
“Dios es el mejor Hacedor de matrimonios”,
Shakespeare
Pero ¿qué opina Dios, el creador
del matrimonio?
HONROSO SEA EN
TODOS EL MATRIMONIO, Y EL LECHO SIN MANCILLA; PERO A LOS FORNICARIOS Y A LOS
ADÚLTEROS LOS JUZGARÁ DIOS. (Hebreos 13:4)
Dios
inventó el matrimonio, y lo diseñó como el fundamento de la familia, la
sociedad y la humanidad. Aunque “matrimonio” es una palabra que mucha gente usa
y de muchas maneras, el matrimonio no es un invento humano, sino divino. Por
tanto, no es el hombre quien puede definirlo, sino Dios. Las palabras se
devalúan con el tiempo hasta tal punto que para algunos hoy día “matrimonio” es
sinónimo de “contrato temporal”, o para otros es sinónimo de “unión con alguien
del mismo sexo”. Es por eso que necesitamos volver a los orígenes. Necesitamos
regresar al Edén para comprender qué es el matrimonio y con qué finalidad fue
diseñado por el Creador. Otra verdad fundamental que hemos de tener en mente es
que el diablo está deseoso de deshacer todo lo que Dios hace. Esa
ha sido siempre su única estrategia: intentar destruir lo que Dios construye.
Satanás
no tiene más estrategia que la de plagiar lo que Dios hace o destruir lo que Dios
construye. Desde el Edén así ha sido, y Satanás sigue intentando buscar la
mejor estrategia para obtener una iglesia débil y una familia débil atacando a
los matrimonios, uno por uno. Necesitamos recordar cuál es el diseño y el
propósito de Dios para el matrimonio, y necesitamos que el Señor nos dé fuerzas
para ser los matrimonios que Él quiere que seamos, útiles en sus Manos. El tema
del matrimonio va más allá de la relación entre un hombre y una mujer. En él
hay intereses celestiales y eternos. Otro principio elemental sobre este tema
es que necesitamos ser eminentemente prácticos. Si las verdades de Dios se
quedan flotando en el aire no vamos a ser capaces de vivir como Dios quiere que
vivamos. Los principios bíblicos deben llegar a nuestro corazón y correr por
nuestras venas. La Biblia es como la sangre. Si la tienes fuera, estás muerto.
Sin embargo, si está dentro de ti, estás vivo. Muy vivo.
El
matrimonio debe ser honrado por todos, y el lecho conyugal mantenido puro,
porque Dios juzgará al adúltero y al inmoral sexual.
El amor
hacia el prójimo, quienquiera que sea, fluye más eficazmente de un hogar en el
cual el esposo y la esposa trabajan juntos en amor mutuo, de ahí que muchos de
los activistas de la ideología de género y los LGBTQI+ tengan problemas para
expresar amor por la humanidad y no les importe el aborto; por otro lado, la
violencia intrafamiliar, además de la naturaleza pecaminosa del ser humano,
pueda tener su origen en hogares en donde el amor haya estado ausente o sea
escaso. Cuando el matrimonio es honrado en el hogar, el amor fluye hacia la
sociedad en numerosas formas. Por esta razón el escritor enfatiza la necesidad
de mantener la santidad de la vida matrimonial.
En el Nuevo
Testamento casi todos los escritores analizan el matrimonio, ya que un
matrimonio estable es un bloque importante en el edificio de la sociedad. Así
mismo, en este capítulo de exhortaciones el escritor de Hebreos instruye a los
lectores acerca de una vida santa dentro de los lazos del matrimonio. En
realidad, él está diciendo: “Sea el matrimonio algo de profundo valor para
todos ustedes”. El matrimonio es un tesoro que recibimos de Dios, que lo ha
instituido. Por consiguiente, el matrimonio debe ser honrado por todos.
La frase, “y
el lecho sin mancilla” es un eufemismo, no está hablando de mantener la cama,
sábanas o almohadas limpias. El escritor advierte a la gente que no han de
romper los votos matrimoniales cometiendo fornicación y/o adulterio. El
matrimonio es sagrado, y profanarlo es pecado. ¿Por qué es pecado tener
relaciones sexuales fuera del vínculo matrimonial? Aquí está la respuesta:
“Dios es siempre fiel, aborrece la infidelidad y además, Dios juzgará al
adúltero y al inmoral sexual”.
El mundo en
el que vivimos considera la vida relajada como sin importancia: el sexo es
diversión, no pecado. Pero ante los ojos de Dios el sexo ilícito es pecado y
merece castigo. El escritor de Hebreos habla claramente a los ofensores y les
advierte acerca del juicio de Dios (10:30–31). ¿Qué tipo de castigo administra
Dios? La Escritura dice que “ni los fornicarios, ni los
idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones… heredarán el reino de Dios” (1 Co. 6:9–10; Ef.
5:5; Ap. 21:8; 22:15). Ellos perecerán en su pecado. Los cristianos deben dar
entonces el ejemplo de vivir vidas sexualmente puras “Pues
no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación” (1 Ts. 4:7) y obedecer el mandamiento “no
cometerás adulterio” (Éxodo 20:14).
Ocasión: Boda Joel Montaño y Cinthia Peguero Céspedes
Lugar: Templo Central, San Antonio #3, Hato Mayor del
Rey, R.D.
Fecha: Sábado 10 de agosto de 2019
05:00 PM
Nota: Datos tomados de diferentes fuentes bibliográficas de la Internet y libros electrónicos.