Texto:
Jeremías 9:23,24; Tito 2:12
Tema: La
preeminencia del Señor en nuestras vidas
Título:
La preeminencia de Dios en mi estilo de vida
I.- INTRODUCCIÓN
El tema del mes en la iglesia local es La preeminencia del Señor
en mi vida y debo darle continuidad.
Para ello debo iniciar definiendo la palabra trascendencia:
1.- RAE:
Privilegio, exención, ventaja o preferencia que goza alguien respecto de otra
persona por razón o mérito especial.
2.-Puede entenderse a la preeminencia como el privilegio o
la superioridad que goza algo o alguien.
3.- Privilegio, ventaja o
preferencia de que goza una persona respecto de otra por razón o mérito
especial.
Vistas estas definiciones, cuando
hablamos de la preeminencia de Dios en mi vida
estoy diciendo que reconozco que Dios está fuera de mi alcance, por mis propios
medios no puedo llegar hasta Él. También estoy diciendo que Dios es superior a
mí y además la persona más sobresaliente en mi vida. Dios es el más importante
y lo más importante para mí en todo aspecto de mi vida. Pero también estoy
diciendo que Dios es la causa, consecuencia y razón de mi existir y mi obrar.
Después de esta introducción vamos a
ver dos porciones de la Biblia que nos arrojan luz sobre el tema y el título
del mensaje.
II.- DESARROLLO
1.- Si Dios es preeminente en tu vida,
procurarás conocerle cada vez más:
Jeremías 9:23,24
En el versículo 23
Dios está diciendo: El que se cree inteligente y sabio no haga un espectáculo,
no alardeé ni hable elogiosamente de sí mismo. Pero por igual el fuerte, el
poderoso, el robusto, los grandes no se jacten, no alardeen de sus fuerzas, de
su valor, de sus victorias, de sus hazañas. Pero tampoco el que tiene bienes,
posesiones y riquezas debe gloriarse en ello.
Lo
triste es que los seres humanos, incluyendo a muchos que dicen ser cristianos,
esos son sus motivos de sentirse grandes, de alardear, de recibir y dar
elogios, de hacer espectáculos que a veces caen hasta en lo ridículo. A ello se
puede añadir una gran lista: belleza física, estudios, relaciones o amistades,
etc. M.H.: En este mundo de pecado y dolor, que termina pronto en muerte
y juicio, ¡qué necios los hombres que se glorían en su conocimiento, salud,
fuerza, riqueza o en cualquier cosa que los deja bajo el dominio del pecado y
de la ira de Dios! Y de lo cual debe rendir cuenta en el más allá. Esto sólo
acrecienta su desgracia.
Pero Dios agrega en el versículo 24: Si tú de todos
modos vas a hacer un espectáculo, alardear, hablar elogiosamente, te van a
celebrar, aclamar, alabar, gloriar hazlo con esto: en que me entiendes, en que
me prestas atención, en que me comprendes aunque sea intelectualmente. Pero
también en que me conoces como Dios, me reconoces, estás informado sobre mí,
entiendes quién soy, reflexionas sobre
mí y me has experimentado, me he revelado a ti.
Cuando
Dios es verdaderamente preeminente, lo más grande, sobresaliente e importante
para mí, entonces mi mayor gloria es que lo conozco, tengo una experiencia de
intimidad con Él, sé quién es Él, es mi motivo central de reflexión y
meditación cada día. Si Dios es preeminente en mi vida yo procuro conocerlo cada vez
más, tanto intelectualmente como por una relación más íntima con Él.
2.- Si Dios es preeminente en tu vida, te
alejarás de la impiedad y vivirás en santidad: Tito 2:12
El
que Dios sea preeminente en tu vida y el vivir impío son excluyentes,
no pueden existir juntos. La vida cristiana, la vida recibida por la gracia, el
amor, la bondad, la misericordia y el favor de Dios no es para seguir viviendo
como vivíamos antes de recibirla al creer en Cristo. Los versículos anteriores
al 12 nos hablan de cómo debe vivir el que dice que es un discípulo de Cristo.
Si Dios es realmente preeminente en tu vida, procurarás vivir así.
Pero
el versículo 12 es como el cierre de este punto. Para no hacer una lista de lo
que es pecado y lo que no es pecado Dios dice: renuncia, niega, rechaza y
oponte a dos cosas en tu vida:
1.- La impiedad
(asebeia): Anomia es iniquidad, maldad, es menosprecio de, o desafío a, las leyes de Dios; asebeia
es la misma actitud, pero hacia la persona de Dios.
La impiedad es ese estilo de pensar,
hablar y actuar de la persona que no cree en Dios, si llega a creer que Dios
existe no tiene temor a Dios, no le importa Dios, no toma en cuenta a Dios en
sus decisiones, vive siguiendo sus propias imaginaciones o las filosofías y
creencias producto de las imaginaciones de otros. Dios dice que el cristiano
debe renunciar, rechazar, oponerse y negar ese estilo de vida.
2.- Los deseos
mundanos: Una persona
cristiana, para la cual Dios de manera natural debe ser preeminente, debe renunciar y dejar las codicias, pasiones, concupiscencias,
anhelos, avaricias y deseos del mundo, terrenales, corruptos y que se oponen a
Dios y su naturaleza.
M.H.: La
doctrina de la gracia y la salvación por el
evangelio es para todos los rangos y estados del hombre. Nos enseña a dejar el
pecado; a no tener más relación con éste. La conversación terrenal y sensual no
conviene a la vocación celestial. Enseña a tomar conciencia de lo que es bueno.
Debemos mirar a Dios en Cristo como objeto de nuestra esperanza y adoración. La
conversación del evangelio debe ser una conversación buena. Nótese aquí nuestro
deber en pocas palabras: negar la impiedad y las lujurias mundanas, vivir
sobria, recta y piadosamente, a pesar de todas las trampas, tentaciones,
ejemplos malos, usos malos y vestigios del pecado en el corazón del creyente,
con todos sus obstáculos.
Texto:
Jeremías 9:23,24; Tito 2:12
Tema: La
preeminencia del Señor en nuestras vidas
Título:
La preeminencia de Dios en mi estilo de vida
I.- INTRODUCCIÓN
El tema del mes en la iglesia local es La preeminencia del Señor
en mi vida y debo darle continuidad.
Para ello debo iniciar definiendo la palabra trascendencia:
1.- RAE:
Privilegio, exención, ventaja o preferencia que goza alguien respecto de otra
persona por razón o mérito especial.
2.-Puede entenderse a la preeminencia como el privilegio o
la superioridad que goza algo o alguien.
3.- Privilegio, ventaja o
preferencia de que goza una persona respecto de otra por razón o mérito
especial.
Vistas estas definiciones, cuando
hablamos de la preeminencia de Dios en mi vida
estoy diciendo que reconozco que Dios está fuera de mi alcance, por mis propios
medios no puedo llegar hasta Él. También estoy diciendo que Dios es superior a
mí y además la persona más sobresaliente en mi vida. Dios es el más importante
y lo más importante para mí en todo aspecto de mi vida. Pero también estoy
diciendo que Dios es la causa, consecuencia y razón de mi existir y mi obrar.
Después de esta introducción vamos a
ver dos porciones de la Biblia que nos arrojan luz sobre el tema y el título
del mensaje.
II.- DESARROLLO
1.- Si Dios es preeminente en tu vida,
procurarás conocerle cada vez más:
Jeremías 9:23,24
En el versículo 23
Dios está diciendo: El que se cree inteligente y sabio no haga un espectáculo,
no alardeé ni hable elogiosamente de sí mismo. Pero por igual el fuerte, el
poderoso, el robusto, los grandes no se jacten, no alardeen de sus fuerzas, de
su valor, de sus victorias, de sus hazañas. Pero tampoco el que tiene bienes,
posesiones y riquezas debe gloriarse en ello.
Lo
triste es que los seres humanos, incluyendo a muchos que dicen ser cristianos,
esos son sus motivos de sentirse grandes, de alardear, de recibir y dar
elogios, de hacer espectáculos que a veces caen hasta en lo ridículo. A ello se
puede añadir una gran lista: belleza física, estudios, relaciones o amistades,
etc. M.H.: En este mundo de pecado y dolor, que termina pronto en muerte
y juicio, ¡qué necios los hombres que se glorían en su conocimiento, salud,
fuerza, riqueza o en cualquier cosa que los deja bajo el dominio del pecado y
de la ira de Dios! Y de lo cual debe rendir cuenta en el más allá. Esto sólo
acrecienta su desgracia.
Pero Dios agrega en el versículo 24: Si tú de todos
modos vas a hacer un espectáculo, alardear, hablar elogiosamente, te van a
celebrar, aclamar, alabar, gloriar hazlo con esto: en que me entiendes, en que
me prestas atención, en que me comprendes aunque sea intelectualmente. Pero
también en que me conoces como Dios, me reconoces, estás informado sobre mí,
entiendes quién soy, reflexionas sobre
mí y me has experimentado, me he revelado a ti.
Cuando
Dios es verdaderamente preeminente, lo más grande, sobresaliente e importante
para mí, entonces mi mayor gloria es que lo conozco, tengo una experiencia de
intimidad con Él, sé quién es Él, es mi motivo central de reflexión y
meditación cada día. Si Dios es preeminente en mi vida yo procuro conocerlo cada vez
más, tanto intelectualmente como por una relación más íntima con Él.
2.- Si Dios es preeminente en tu vida, te
alejarás de la impiedad y vivirás en santidad: Tito 2:12
El
que Dios sea preeminente en tu vida y el vivir impío son excluyentes,
no pueden existir juntos. La vida cristiana, la vida recibida por la gracia, el
amor, la bondad, la misericordia y el favor de Dios no es para seguir viviendo
como vivíamos antes de recibirla al creer en Cristo. Los versículos anteriores
al 12 nos hablan de cómo debe vivir el que dice que es un discípulo de Cristo.
Si Dios es realmente preeminente en tu vida, procurarás vivir así.
Pero
el versículo 12 es como el cierre de este punto. Para no hacer una lista de lo
que es pecado y lo que no es pecado Dios dice: renuncia, niega, rechaza y
oponte a dos cosas en tu vida:
1.- La impiedad
(asebeia): Anomia es iniquidad, maldad, es menosprecio de, o desafío a, las leyes de Dios; asebeia
es la misma actitud, pero hacia la persona de Dios.
La impiedad es ese estilo de pensar,
hablar y actuar de la persona que no cree en Dios, si llega a creer que Dios
existe no tiene temor a Dios, no le importa Dios, no toma en cuenta a Dios en
sus decisiones, vive siguiendo sus propias imaginaciones o las filosofías y
creencias producto de las imaginaciones de otros. Dios dice que el cristiano
debe renunciar, rechazar, oponerse y negar ese estilo de vida.
2.- Los deseos
mundanos: Una persona
cristiana, para la cual Dios de manera natural debe ser preeminente, debe renunciar y dejar las codicias, pasiones, concupiscencias,
anhelos, avaricias y deseos del mundo, terrenales, corruptos y que se oponen a
Dios y su naturaleza.
M.H.: La
doctrina de la gracia y la salvación por el
evangelio es para todos los rangos y estados del hombre. Nos enseña a dejar el
pecado; a no tener más relación con éste. La conversación terrenal y sensual no
conviene a la vocación celestial. Enseña a tomar conciencia de lo que es bueno.
Debemos mirar a Dios en Cristo como objeto de nuestra esperanza y adoración. La
conversación del evangelio debe ser una conversación buena. Nótese aquí nuestro
deber en pocas palabras: negar la impiedad y las lujurias mundanas, vivir
sobria, recta y piadosamente, a pesar de todas las trampas, tentaciones,
ejemplos malos, usos malos y vestigios del pecado en el corazón del creyente,
con todos sus obstáculos.
F.B.Meyer: ¿Nos hemos sentado lo suficiente en la escuela de la gracia para que nuestro amable Maestro nos instruya sobre cómo vivir? Debe ser sobria en lo que respecta a nosotros mismos, justamente hacia los demás y piadoso hacia Dios. Y no podemos darnos cuenta de ninguno de estos a menos que resueltamente neguemos la impiedad y los deseos mundanos. Este era el objetivo y el propósito de Jesús al venir a morir por nosotros. Él quería redimirnos de toda iniquidad, purificarnos como suyos, y usarnos en todo tipo de buenas obras.
J.
Vernon McGee: Dios no está tratando de reformar a este mundo; está
redimiendo a los hombres que aceptan a Cristo. El evangelio no apela a los
hombres que han rechazado a Cristo que hagan algo mejor. Si usted ha rechazado
a Jesucristo, pues debe tratar de obtener todo lo que pueda de esta vida,
porque esta vida es lo único que usted va a tener. Podrá decir como aquellos
gladiadores: "comamos y bebamos porque mañana moriremos. Dios no quiere
reformarle a usted; quiere redimirle. Dios está llamando a aquellos
que son Suyos, que han sido redimidos, a vivir para Él y a evitar los deseos
mundanos.
J. Vernon McGee: Dios no está tratando de reformar a este mundo; está redimiendo a los hombres que aceptan a Cristo. El evangelio no apela a los hombres que han rechazado a Cristo que hagan algo mejor. Si usted ha rechazado a Jesucristo, pues debe tratar de obtener todo lo que pueda de esta vida, porque esta vida es lo único que usted va a tener. Podrá decir como aquellos gladiadores: "comamos y bebamos porque mañana moriremos. Dios no quiere reformarle a usted; quiere redimirle. Dios está llamando a aquellos que son Suyos, que han sido redimidos, a vivir para Él y a evitar los deseos mundanos.
III.-
CONCLUSIÓN
Si
Dios es en verdad preeminente en tu vida, la persona más importante, la más
sobresaliente, la más grande, la más sublime y la más excelsa entonces deben
pasar dos cosas en tu vida: conocerle y entenderle será lo más importante para
ti, el estudio de Él y una relación más íntima con É, pero también te alejarás
cada vez más de la impiedad y de los deseos pecaminosos viviendo en santidad.
IV.-
APLICACIÓN
1.- ¿Tu estilo de vida demuestra
que tomas en cuenta a Dios o es impío y mundano?
2.- ¿Dios es la persona más
importante en tu vida o lo eres tú u otra persona aparte de Él?
3.- ¿Procuras hacer sentir bien a
Dios o sentirte bien tú o el mundo?
4.- Al tomar una decisión: ¿Te
importa lo que opina Dios o sigues tus opiniones o las del mundo?
Predicador: José Amado Silvestre Marte
Lugar: Templo Central, Hato Mayor del
Rey
Fecha: Culto matutino, domingo 27 de
mayo de 2018
J.
Vernon McGee: Dios no está tratando de reformar a este mundo; está
redimiendo a los hombres que aceptan a Cristo. El evangelio no apela a los
hombres que han rechazado a Cristo que hagan algo mejor. Si usted ha rechazado
a Jesucristo, pues debe tratar de obtener todo lo que pueda de esta vida,
porque esta vida es lo único que usted va a tener. Podrá decir como aquellos
gladiadores: "comamos y bebamos porque mañana moriremos. Dios no quiere
reformarle a usted; quiere redimirle. Dios está llamando a aquellos
que son Suyos, que han sido redimidos, a vivir para Él y a evitar los deseos
mundanos.
III.-
CONCLUSIÓN
Si
Dios es en verdad preeminente en tu vida, la persona más importante, la más
sobresaliente, la más grande, la más sublime y la más excelsa entonces deben
pasar dos cosas en tu vida: conocerle y entenderle será lo más importante para
ti, el estudio de Él y una relación más íntima con É, pero también te alejarás
cada vez más de la impiedad y de los deseos pecaminosos viviendo en santidad.
IV.-
APLICACIÓN
1.- ¿Tu estilo de vida demuestra
que tomas en cuenta a Dios o es impío y mundano?
2.- ¿Dios es la persona más
importante en tu vida o lo eres tú u otra persona aparte de Él?
3.- ¿Procuras hacer sentir bien a
Dios o sentirte bien tú o el mundo?
4.- Al tomar una decisión: ¿Te
importa lo que opina Dios o sigues tus opiniones o las del mundo?
Predicador: José Amado Silvestre Marte
Lugar: Templo Central, Hato Mayor del
Rey
Fecha: Culto matutino, domingo 27 de
mayo de 2018