21 octubre 2019

El culto que agrada a Dios 03


Texto: Hechos 2:42
Tema: El culto y los ofertantes que bíblicamente agradan a Dios
 

I.- INTRODUCCIÓN
            En el primer estudio vimos que el culto puede entenderse fundamentalmente como un acto comunitario de servicio y ofrenda a Dios en acción voluntaria, en respuesta agradecida a lo que Él ya hizo por nosotros. También hemos visto que la palabra adoración se define como un servicio a Dios, y nunca el servicio de una persona a otra persona. Además, adoración quiere decir inclinarse, rendir homenaje, honrar el valor de otro; en la adoración honramos a uno superior a nosotros mismos y no a un igual o a un inferior. A Dios le debemos un honor único, no compartido, exclusivo. En el centro de toda adoración está Dios mismo.
            Por otro lado, vimos dos verdades en cuanto al culto y la adoración: que debemos estar seguros de que lo principal para Dios no es el lugar de culto y adoración y que la adoración puede ser producto de la ignorancia, sin conocer a quién adoramos y cómo le agrada que se le adore y rinda culto.
            En el segundo mensaje estudiamos que existen los falsos adoradores, son simple apariencia y boca, pero que también existen los verdaderos adoradores que lo hacen en espíritu y en verdad, con corazones sinceros.
            También vimos que Dios es espíritu y debemos adorarle con esa conciencia y no buscar maneras de representarlo o de usar formas carnales para rendirle culto y adoración.
            Además, hemos visto en ese mensaje que el culto que agrada a Dios debe ser hecho en el nombre y la autoridad de Jesús, allí Cristo promete la bendición de su presencia. El culto debe ser el producto de una vida sacrificada y entregada a Dios en la vida diaria y no sólo en el templo o lugar de adoración. El culto debe rendirse de manera sabia, con el entendimiento dirigido por el Espíritu Santo, pero no controlado por el sentimentalismo y el emocionalismo. Por último, vimos hoy que el culto debe ser gozoso pero reverente, nunca vulgar, si no con decencia y orden.

            En la predicación de hoy, con la dirección del Espíritu Santo, veremos los componentes del culto que agrada a Dios, cuáles cosas deben ser parte de ese culto, qué debemos hacer en un culto dedicado a Dios. Veremos esos componentes a la luz de la Biblia y que practicaban los primeros cristianos o iglesia primitiva.

II.- DESARROLLO
El culto en la iglesia primitiva: (Hechos 2:42)
            Es bueno notar que el versículo inicia diciendo que perseveraban en hacer estas cosas. No era algo ocasional. La palabra que se tradujo perseveraban es proskarteréo que significa anhelar una cosa, constantemente diligente, asistir asiduamente a todos los ejercicios, o adherirse estrechamente a, persistir, listo, atender, constante. “Perseverar” significa afirmarse fuertemente para no resbalar o persistir en aferrarse a algo por su valor o importancia. No era que los primeros cristianos realizaban un culto cuando terminaban sus compromisos sociales o les quedaba algún tiempo, el contenido del culto era algo constante y que hacían de manera voluntaria e intencional.

a.- Enseñanza apostólica: (didaque) instrucción. La frase “y continuamente se dedicaban a la enseñanza de los apóstoles” apunta al fervor y dedicación de estos primeros convertidos al cristianismo. Con toda decisión y firmeza buscaron a los apóstoles para que les instruyeran en el evangelio de Cristo, porque Jesús había ordenado a su grupo de seguidores a ser maestros de estos aprendices (Mt. 28:20).
Alguien dijo que una iglesia es lo que su púlpito es. La instrucción de la Palabra de Dios es primordial en una iglesia, ella es la base de toda práctica y creencia. Las convicciones bíblicas guiarán la visión y la misión de una iglesia; pero primero influirá en las vidas y convicciones de los individuos. Por medio de ella conocemos a Dios y su voluntad general y particular. Una iglesia sin una sana instrucción y enseñanza bíblica va a la deriva. Pero note que no era la doctrina de cualquiera, era gente con autoridad delegada directamente por Cristo, eran apóstoles de verdad. La Palabra de Dios tiene poder limpiador en la Iglesia (Efesios 5:26).
b.- Compañerismo o comunión: (koinonia) participación, o interacción, contribución. Denota: (a) la parte que uno tiene en cualquier cosa, participación, un compañerismo reconocido y gozado; así, se usa de las experiencias e intereses comunes de los cristianos. (b) la comunión manifestada en los hechos, los efectos prácticos de la comunión con Dios, producidos por el Espíritu Santo en las vidas de los creyentes como resultado de la fe. comunión, describe el entusiasmo que los creyentes demostraron en una adoración unida, en las comidas, y en el compartir de sus bienes materiales (Hechos 2:44). Los cristianos demostraron en forma visible su unidad en Jesucristo, en los servicios de adoración, donde se llamaban unos a otros hermanos y hermanas.
La comunión en el culto no es algo pasivo, es participativa y colaborativa, cada uno contribuye al hacer su parte en el culto. No es una mera costumbre, es un encuentro de colaboración para darle gloria a Dios y adorarle.
c.- Partir el pan, Santa Cena: Significa una hogaza o torta pequeña, compuesta de harina y agua, cocida, de forma oblonga (más largo que ancho) o redonda, y de un grosor como del pulgar. Estas tortas no se cortaban, sino que se partían y se consagraban al Señor cada día de reposo, recibiendo el nombre de pan (u hogazas) de la presentación: «pan de la proposición». el partimiento del pan llegó a ser el nombre de esta institución (Hechos 20:7; 1Corintios 10:16; 1 Corintios 11:20-26).
            Algunas iglesias efectúan la Santa Cena cada semana, otras quincenal y algunos mensual. Pero debe hacerse siempre para anunciar la muerte del Señor Jesús y recordar el sacrificio que hizo por nosotros al dar su vida como pago por nuestro rescate y reconciliarnos con Dios.
d.- Oraciones: (proseujé) Oración a Dios como acto de adoración. Da la idea de orar fervientemente (entusiasmo, ardor). No eran oraciones por repetir palabras, por costumbre, sin vida. El culto de oración debe ser una oportunidad para de manera conjunta demostrar nuestra adoración a Dios y nuestra dependencia de Él. Deben ser con fervor, entusiastas, con ardor y no venir al culto de oración como si nos estuvieran obligando o no quedara otro remedio. Debemos dar gracias que podemos juntos orar al Señor, es un privilegio conversar con el Rey de reyes y Señor de señores. No debería ser el culto con menos personas asistiendo. Pero debemos entender que la oración no es para manipular a Dios, si no para comunicación con Dios y que Él es quien controla todo.
e.- Bautismo: (baptízo) Mateo 28:19. Dejar completamente mojado. La idea es siempre entrar algo en un líquido. La palabra no habla de rociar. Esta palabra se usaba cuando se teñía una tela o se entraba un vaso en vino para sacar de él.
El bautismo ordenado por Cristo debía ser asumido por creyentes, dando así testimonio de su identificación con él en muerte, sepultura y resurrección (Colosenses 2:12). El bautizar no se hace en cada culto, pero sí debe hacerse como parte de un culto cada vez que se lleve a cabo, como parte de una actividad en comunidad.
f.- Predicación del evangelio: (euangelízo) (Hechos 5:42) anunciar buenas nuevas, dar noticias. Es bueno notar que esto se hacía a diario, no era algo de vez en cuando o sólo el domingo. Este era un esfuerzo consciente (Romanos 15:20). En un culto no sólo debe haber instrucción, debe haber predicación del evangelio, todo está dentro del evangelio, pero no todo es evangelizar. En la enseñanza debe haber evangelización, pero enseñar no necesariamente evangeliza. Hoy muchos quieren sacar el evangelio de los cultos porque incomoda a muchos, pero esa es la palabra que necesitan, aunque pueda ser dolorosa para muchos.

III.- CONCLUSIÓN
En el primer estudio vimos que el culto puede entenderse fundamentalmente como un acto comunitario de servicio y ofrenda a Dios en acción voluntaria, en respuesta agradecida a lo que Él ya hizo por nosotros. También hemos visto que la palabra adoración se define como un servicio a Dios, y nunca el servicio de una persona a otra persona. Además, adoración quiere decir inclinarse, rendir homenaje, honrar el valor de otro; en la adoración honramos a uno superior a nosotros mismos y no a un igual o a un inferior. A Dios le debemos un honor único, no compartido, exclusivo. En el centro de toda adoración está Dios mismo.
            Por otro lado, vimos dos verdades en cuanto al culto y la adoración: que debemos estar seguros de que lo principal para Dios no es el lugar de culto y adoración y que la adoración puede ser producto de la ignorancia, sin conocer a quién adoramos y cómo le agrada que se le adore y rinda culto.
            En el segundo mensaje estudiamos que existen los falsos adoradores, son simple apariencia y boca, pero que también existen los verdaderos adoradores que lo hacen en espíritu y en verdad, con corazones sinceros.
            También vimos que Dios es espíritu y debemos adorarle con esa conciencia y no buscar maneras de representarlo o de usar formas carnales para rendirle culto y adoración.
            Además, hemos visto en ese mensaje que el culto que agrada a Dios debe ser hecho en el nombre y la autoridad de Jesús, allí Cristo promete la bendición de su presencia. El culto debe ser el producto de una vida sacrificada y entregada a Dios en la vida diaria y no sólo en el templo o lugar de adoración. El culto debe rendirse de manera sabia, con el entendimiento dirigido por el Espíritu Santo, pero no controlado por el sentimentalismo y el emocionalismo. Por último, vimos hoy que el culto debe ser gozoso pero reverente, nunca vulgar, si no con decencia y orden.
            En la predicación de hoy, con la dirección del Espíritu Santo, vimos los componentes del culto que agrada a Dios, los cuales son: a.- Perseverar en la enseñanza de los apóstoles escrita en la Palabra de Dios; b.- Compañerismo o comunión con y entre los hermanos como familia; c.- Celebrar la Santa Cena como recordatorio de la muerte del Señor y lo que Él hizo por nosotros; d.- Oraciones fervientes y ardorosas; e.- Bautismo por inmersión bajo agua entendiendo todo el simbolismo visual que contiene y f.- Predicación específica del evangelio para diferenciarlo de la predicación doctrinal o de enseñanza general de la Palabra de Dios.

            Es mi deseo que Dios use estas predicaciones para despertar tu interés por aprender qué es el culto cristiano que agrada a Dios. Debemos celebrar un culto conforme al corazón de Dios y para Dios con las bendiciones espirituales que de tal culto se derivan. Necesitamos un despertar y un avivamiento en tal sentido para volver a la forma bíblica cuando nos reunimos como iglesia en adoración y homenaje a Dios.


Predicador: José Amado Silvestre Marte

El mandato misionero de Jesús

Texto: Mateo 28:16-20 Tema: La gran comisión de Jesús a los once I.- INTRODUCCIÓN El texto que estudiaremos en esta ocasió...