10 junio 2012

Un fuego extraño

Texto: Levítico 10:1-11

Tema: Adoración a Dios

 

I.- INTRODUCCIÓN

1Corintios 10:11 nos dice “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos”. Debemos mirar al A.T. para que nuestro conocimiento de Dios sea completo y para que las enseñanzas que el A.T. tiene para la Iglesia puedan ser conocidas y asimiladas. En el caso que nos ocupa vamos a aprender de lo sucedido a dos sacerdotes del Dios vivo: Nadab y Abiú. Veamos que nos dice Dios allí.

II.- DESARROLLO

1.- Dos hombres consagrados para Dios: (v.1) Tanto Aarón como sus hijos fueron consagrados, purificados y apartados para servir a Dios (Levítico 8). Nadad y Abiú eran sacerdotes legítimos, no eran usurpadores de funciones, fueron escogidos por Dios, seleccionados por Él junto con su padre y hermanos.

2.- Usaron instrumentos correctos en el lugar correcto: (v.1) Sus incensarios eran los que se habían construido para el servicio en el Tabernáculo o casa para Dios.

3.- Usaron fuego extraño, que Dios nunca mandó: Nadab y Abiú se equivocaron al pensar que, como escogidos por Dios, podían cambiar lo establecido por Jehová. Cualquiera pensaría que cuál era el problema, pues fuego es fuego. Realmente Dios le había ordenado a Moisés como debía hacerse todo en el Tabernáculo, desde su construcción hasta todo lo relacionado con los sacrificios. "Fuego extraño" es fuego que Dios "nunca les mandó". Compárese lo que dice 16:12, "Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de de­lante de Jehová..." No sabemos de dónde obtuvieran su fuego Nadab y Abiú, pero es claro que desobedecieron a Dios.

Ambos hombres fueron inmediatamente quemados por fuego que salió de la presencia misma de Jehová, no fueron totalmente consumidos. Nadab y Abiú cometieron este pecado a pesar de: ser criados en un ambiente reli­gioso, tener padre piadoso y tener el privilegio exaltado de ser sacerdotes de Dios.

El error de estos hombres es una ilustración de la religión natural, o sea la religión en que los hombres mis­mos deciden qué clase de culto o servicio rinden al Señor. Fue el error principal de los judíos del tiempo de Cristo: "Pues en vano me honran, enseñando como doctri­nas, mandamientos de hombres" (Mat. 15:9). Pero la misma práctica ha infiltrado toda religión que profesa ser de Cristo. Col. 2:23 habla de rudimentos de hombres: "Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario". (El culto voluntario es culto originado por la voluntad humana).

Predicadores y ancianos de la igle­sia de Cristo han introducido muchas prácticas (por ejemplo, instituciones igle­sia de Cristo) que Dios "nunca les mandó". Están jugando con "fuego extraño". Es posible que Nadab y Abiú estuvieran bajo los efectos de una bebida alcohólica (v.9).

4.- Lo que Dios espera de sus ministros: (v.3) Note la expresión “esto es lo que habló Jehová”, no es palabra de hombre. Dios busca que los que se acercan a Él y le sirven, en este caso particular los sacerdotes, lo santifiquen y glorifiquen; no es que hagan las cosas a su manera.

"En los que a mí se acercan me san­tificaré". Si Dios no es santificado por la obediencia y el culto sincero, entonces Él es santificado por medio de sus juicios. (Ezeq. 38:16, 23; 26:33). El propósito de Dios en estos juicios sobre las naciones se expresa en estas palabras: "Y sabrán las naciones que yo soy Jehová"; "Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas na­ciones". Dios será santificado, ya sea por medio de la obediencia del hombre o por medio de sus juicios sobre los rebeldes. ¿Cuál será en el caso de nosotros? (Compárese Hech. 5:1-11).

Recuerde que ahora los cristianos somos los sacerdotes de Dios y nos acer­camos a Él por medio de Cristo (Heb. 4:15,16; 7:25; 10:22; Sant. 4:8). Somos "sacerdocio real" (1 Ped. 2:9).

5.- Función de los sacerdotes de Dios: (vs. 10,11) El sacerdote debía tener buen juicio para enseñar al pueblo de Israel a distinguir entre lo santo y lo profano, entre lo inmundo y lo limpio. Hay cosas que son de Dios y cosas que son del mundo y Satanás y había que enseñar al pueblo de Dios a distinguir una cosa de otra y cuál debía escoger. Hay cosas que son sucias y cosas que son limpias y se debía enseñar a Israel cuál era cuál y a seleccionar la correcta según el corazón de Dios. Dios había prescrito cuales animales y en cuales condiciones se debían presentar ante Él, como debía ser hasta el fuego que se usaba. Es triste decirlo, pero los sacerdotes de Dios dejaron de cumplir la voluntad de Dios (Eze. 22:26).

El sacerdote no sólo llevaba a cabo sacrificios, debía enseñar a Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés. La ley de las ofrendas se encuentra en 2:1-16.

Es bueno observar la palabra todos y la expresión que Jehová les había dicho. No es lo que agrada al ministro, no es filosofía humana (Hech. 20:27).

III.- CONCLUSIÓN

Hemos visto la historia de dos hombres llamados por Dios al servicio, que usaron instrumentos correctos, en el lugar correcto pero que usaron un elemento extraño, no mandado por Dios. Vimos como salió fuego de Jehová que los mató de inmediato. Estudiamos lo que Dios espera de sus ministros: que lo santifiquen y glorifiquen. Por último vimos cuál es la función de sus ministros: ayudar al pueblo a distinguir entre lo santo y lo profano, entre lo inmundo y lo limpio.

IV.- APLICACIÓN

1.- Dios no le ha dado autoridad a sus ministros para cambiar lo establecido por Él en su Palabra, sólo deben obedecer y más nada.

2.- Cuidémonos de introducir elementos extraños en el culto, en la adoración y en el trabajo para Dios.

3.- No pensemos que por estar bajo la gracia Dios pasará por alto nuestras desobediencias, quizás no consuma con fuego hoy, pero sí castiga de alguna manera.

4.- Dediquémonos a enseñar al pueblo de Dios a distinguir entre lo santo y lo profano, entre lo inmundo y lo limpio.

5.- Obedezcamos todo lo que Dios nos ha mandado en su Palabra, no seamos selectivos con lo que nos gusta.

José Amado Silvestre Marte

10 de junio de 2012

El mandato misionero de Jesús

Texto: Mateo 28:16-20 Tema: La gran comisión de Jesús a los once I.- INTRODUCCIÓN El texto que estudiaremos en esta ocasió...